Los frutos secos contienen una gran abundancia de propiedades beneficiosas para nuestro organismo, en esta ocasión nos centramos en las castañas de cajú y los pistachos. Estos dos frutos, procedentes de climas diferentes (tropical y árido) son consumidos desde hace milenios por culturas de todo el mundo. Actualmente se utilizan en gran variedad de platos o simplemente se comen solos, lo que muestra el aprecio que les tenemos a los sabores de ambos frutos.

Este fruto, conocido también como anacardo o nuez de la India, procede de un árbol alto y frondoso, adaptado a climas húmedos y tropicales. Es originario de Brasil y Venezuela, pero posteriormente se ha extendido a otras zonas ecuatoriales del planeta, como Centroamérica o India. Las comunidades originarias ya empleaban este árbol con diversos fines: la corteza tiene propiedades medicinales, como cicatrización de heridas o inflamaciones de garganta; las hojas se solían mascar; la resina sirve para producir goma; mientras que la madera es muy apreciada para fabricar objetos. Sin embargo, su principal atractivo son sus frutos secos, con forma arriñonada, que son cada vez más consumidos por su sabor y sus propiedades tan beneficiosas para nuestro templo físico. Es muy usado en repostería, aunque actualmente se utiliza en una gran variedad de platos (ensaladas, postres, acompañamientos,…)
¿Cuáles son sus virtudes para nuestro organismo? Contiene dos minerales difíciles de hallar en los alimentos, cobre y magnesio, que contribuyen a la formación de glóbulos rojos, mantener en buen estado los sistemas nervioso, muscular, el cabello o la piel. Contiene pocas grasas, gran cantidad de antioxidantes, fibra y proteínas. Evitan el aumento del colesterol, ayudan al sistema cardiovascular a tener un buen funcionamiento, fortalece músculos y huesos, ya que posee calcio en abundancia. Es tranquilizante y contribuye a evitar la ansiedad, fortalece el sistema inmunitario, evitando los ataques de virus y es un gran regenerador de tejidos. Ya desde épocas muy anteriores es utilizado como afrodisíaco. Por todo ello, es un fruto seco sumamente virtuoso, una auténtica farmacia vegetal.

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